Uno de ellos es el mito de que los autos vuelan por los aires al incendiarse la gasolina a su lado, o el hecho de que a la gasolina se puede prender fuego con un cigarrillo. Afortunadamente, los chicos del blog automovilístico Garage 54 pusieron a prueba este mito.
El primer experimento que realizaron, fue intentar incendiar un charco de gasolina con un cigarrillo encendido, algo que no lograron hacer. Incluso intentaron hacerlo con un cigarro, que tampoco logró cumplir con su objetivo. Como medida extrema, usaron durante un rato una sierra radial sobre una barra de metal y al cabo de un tiempo sus chispas efectivamente hicieron que se incendiase la gasolina.
El siguiente mito que pusieron a prueba, fue la velocidad a la que se propagan las llamas sobre un río de gasolina. Para poner a prueba esta teoría, le prendieron fuego a una franja de gasolina y uno de los blogueros fue corriendo a su lado. Resultó, que el hombre pudo correr dos veces más rápido que el fuego.
Por último, intentaron hacer que un auto explote. Para ello, primero le echaron gasolina en el tanque de combustible, derramando parte del combustible sobre el auto. Dejaron la tapa del tanque abierta, y ya de una manera clásica, incendiaron una franja inflamable conectada al auto.
Sin embargo, no hubo ninguna explosión: el auto simplemente se quedó ardiendo en medio del campo de pruebas. De tal modo, podría decirse que el mito de los autos que explosionan con la ayuda de un cigarrillo o con un poco de gasolina derramada es precisamente esto: un mito.
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